viernes, 20 de abril de 2007

Todo en esta vida tiene su comienzo (I)

Y su final también, pero hablemos del comienzo de las cosas. En primer lugar no quiero dejar escapar esta oportunidad que me brindo a mi mismo para decir que ¡vaya tela!. O soy la persona más torpe del mundo o todo el mundo se me ha adelantado a la hora de coger un nombre para el blog de las narices. Lo que todo comenzó como una idea para evadirme un poco ha logrado terminar como un quebradero de cabeza. Y es que cuando uno se cree el más listo y dice: "Ea, tengo un nombre para mi blog que es la ostia", resulta "de" que antes alguien más rápido que tú te ha cogido esa pedazo de idea de nombre para la dire de tu blog. Despues de muchos intentos vino ya el remate: "¡Oh, entresusurros está disponible!" y me pongo como un loco a rellenar los campos para habilitar ese nombre, pero claro, el nombre inicial de subtítulo iba a ser Susurros al oído, y he aquí cuando me viene la duda de inculto que soy: "¿Oído es con tilde?". Evidentemente uno no quiere pecar de analfabestia (como diría un profesor mío del colegio) a las primeras de cambio. Total, que le doy al google para buscar la palabra y salir de dudas y yo no sé qué carajo hago que salgo de la ventana de configuración del blog. Después de insultos varios a la tecnología informática me digo: "Tú tranquilo que ese nombre sigue libre". Tecleo entresusurros/comprobar disponibilidad, y va el tío y me dice que ya no está disponible. Y claro, digo después: "Voy a entrar en ese blog a ver quién es el guapo que me ha quitado ese dominio en coma dos". Entro y me dice que un tal Alberto. Y me digo... "ups, he creado el blog sin saberlo :p".

Bueno, ahora que lo pienso, esto es un poco como estar loco. Hablas, hablas y hablas, nadie te contesta y te crees que estás en el club de la comedia. En fin, esto es solo el principio.

Esta noche más susurros, que si hablo muy fuerte, todo se sabe. Y comenzaré, ya sí, con susurros algo más trascendentales.

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